lunes, 20 de agosto de 2007

Lo que Internet se llevó: El diario impreso

Desde que escuché la frase: “El último lector del periódico desaparecerá en septiembre del año 2043”, dicha por Philip Meyer, autor The Vanishing Newspaper, me vino un soponcio. Ni en el peor de mis sueños me podría haber imaginado que en 36 años más no existirá ni un solo diario. Ni siquiera estarán para salvarnos en el momento en que las necesidades biológicas lo requieran.

Pero, ¿quién es el culpable? Hablar de culpables puede sonar un poco exagerado, pero si de responsables. Y sin mucho pensarlo el primero que se asoma es Internet. El mismo que permite a los que no son escritores, escribir, a los que no son poetas, echar a volar su imaginación y a los que son periodistas realizar esa profesión. Tan sólo con una cámara de video, un celular o simplemente con un lápiz. Así es como en los últimos años los lectores de entre 15 y 24 años dedican un 30% menos de tiempo a los periódicos tradicionales desde el momento en que acceden a Internet.
No se puede negar que la principal y mayor gracia de la web es que ya no somos entes que se dejan llevar por la masa, sino que nos volvemos protagonistas de la historia. Opinar, decir, sentir, reclamar y ¡PENSAR!, es lo que se valora más de las nuevas tecnologías. Por esta razón hay que abrir los ojos y ver lo que realmente se tiene enfrente. Un mundo digitalizado donde ya no se necesitan las simples habilidades de un periodista de medios escritos, ya que en la actualidad cualquiera puede escribir.
Al parecer el fin de los periódicos impresos se hace inevitable, a pesar de que aún apenas el 5% de la población mundial tiene acceso al ciberespacio.
Puede ser que esto de las tecnologías me está gustando. Me está siendo más fácil y divertido prender mi computador, hacer clik, ahorrarme los $300 que vale el diario e informarme de las noticias a través de la web. ¿Seré yo una más de las personas que en el 2043 no tenga diario ni siquiera para que el perrito haga cacú?

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